Si bien representa a la Liga de Apóstoles, el equipo de Colonia Liebig deja claro que es “bien correntino”. Ahora busca las semis.
Sol de Mayo de Colonia Liebig está sorprendiendo a propios y extraños con la excelente campaña que viene realizando en el torneo del Interior organizado por el Consejo Federal de la AFA. El fin de semana dejó en el camino a uno de los “cucos” que tenía la región como era Resistencia Central, dio vuelta la serie por los octavos en su casa (Apóstoles) y ahora por los cuartos de final se medirá con Fontana, también de Chaco.
Si bien es un equipo correntino, Sol de Mayo representa a la Liga de Apóstoles, ya que esa ciudad queda a solamente 10 kilómetros de Colonia Liebig. Pero no dejan de ser correntinos por ello. Al menos eso es lo que cuenta el relato periodístico de Alejandro Smialkowski, un colega corresponsal en aquella ciudad del interior de Misiones del diario Primera Edición.
“Cada vez que juega de local, en Apóstoles, queda muy claro que es un equipo correntino, porque su hinchada, una de las más grandes y numerosas que tiene el fútbol de esta liga, lo hace notar siempre”, comentó a época el periodista.
Smialkowski expresó también que “la clasificación de Sol de Mayo causó revuelo en la liga local, la gente asiste a la cancha porque es la primera vez que clasifica a una segunda fase, que pasa de la primera instancia. Es algo histórico y la gente lo vive como tal”, manifestó.
El plantel correntino está dirigido técnicamente por Sandro Bárbaro, un misionero que inició sus armas como DT en Sol de Mayo, por lo que volvió a sus orígenes para intentar llevarlo al Argentino B. Por su buena relación con el DT liguista de Crucero del Norte, muchos de los jugadores de la cantera del “colectivero” pasaron a Sol.
“En el equipo titular hay solamente dos correntinos -agregó el colega-, ellos son Diego Valenzuela (ex Textil Mandiyú) y Pablo Vargas Estepa (también ex “algodonero” y Boca Unidos), el resto son todos jugadores de las inferiores de Crucero. Es un plantel muy joven, el promedio de edad es de 23 años, salvo dos o tres experimentados, la mayoría son chicos”, prosiguió. Sol de Mayo hace las veces de local en el estadio de la Liga de Apóstoles, pero, ilusionado con el posible ascenso de categoría ya proyecta construir un estadio acorde para albergar encuentros de la cuarta categoría del fútbol argentino. “El presidente del club Adrián Lugrín está en el club hace algunos años. Y su idea es seguir creciendo. El club se sostiene con recursos privados y ahora la Municipalidad de Colonia Liebig también los está apoyando. Eso es importante, el torneo es costoso”, consignó. El sábado, el plantel solense se trasladará hasta Resistencia, donde aguardará el encuentro de ida por los cuartos de final ante Fontana. Definirá una semana después, de local, con el firme objetivo de seguir haciendo historia.
Si bien es un equipo correntino, Sol de Mayo representa a la Liga de Apóstoles, ya que esa ciudad queda a solamente 10 kilómetros de Colonia Liebig. Pero no dejan de ser correntinos por ello. Al menos eso es lo que cuenta el relato periodístico de Alejandro Smialkowski, un colega corresponsal en aquella ciudad del interior de Misiones del diario Primera Edición.
“Cada vez que juega de local, en Apóstoles, queda muy claro que es un equipo correntino, porque su hinchada, una de las más grandes y numerosas que tiene el fútbol de esta liga, lo hace notar siempre”, comentó a época el periodista.
Smialkowski expresó también que “la clasificación de Sol de Mayo causó revuelo en la liga local, la gente asiste a la cancha porque es la primera vez que clasifica a una segunda fase, que pasa de la primera instancia. Es algo histórico y la gente lo vive como tal”, manifestó.
El plantel correntino está dirigido técnicamente por Sandro Bárbaro, un misionero que inició sus armas como DT en Sol de Mayo, por lo que volvió a sus orígenes para intentar llevarlo al Argentino B. Por su buena relación con el DT liguista de Crucero del Norte, muchos de los jugadores de la cantera del “colectivero” pasaron a Sol.
“En el equipo titular hay solamente dos correntinos -agregó el colega-, ellos son Diego Valenzuela (ex Textil Mandiyú) y Pablo Vargas Estepa (también ex “algodonero” y Boca Unidos), el resto son todos jugadores de las inferiores de Crucero. Es un plantel muy joven, el promedio de edad es de 23 años, salvo dos o tres experimentados, la mayoría son chicos”, prosiguió. Sol de Mayo hace las veces de local en el estadio de la Liga de Apóstoles, pero, ilusionado con el posible ascenso de categoría ya proyecta construir un estadio acorde para albergar encuentros de la cuarta categoría del fútbol argentino. “El presidente del club Adrián Lugrín está en el club hace algunos años. Y su idea es seguir creciendo. El club se sostiene con recursos privados y ahora la Municipalidad de Colonia Liebig también los está apoyando. Eso es importante, el torneo es costoso”, consignó. El sábado, el plantel solense se trasladará hasta Resistencia, donde aguardará el encuentro de ida por los cuartos de final ante Fontana. Definirá una semana después, de local, con el firme objetivo de seguir haciendo historia.
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