jueves, 22 de marzo de 2012

VIVENCIAS: Almirón, el sparring de Carlos Monzón



ALMIRON JUNTO A CARLOS MONZON
Y AMILCAR BRUZA.

Es rosarino, pero está radicado en Corrientes desde hace muchos. Fue subcampeón argentino amateur. Como profesional se fajó con con los mejores, ganándole a Rufino Fernández en el que recuerda fue su mejor combate. Esto llevó a que Tito Lectoure lo contrate para que fuera sparring de Carlos Monzón.Se llama Alberto Almi-rón, tiene 62 años y actualmente es empleado del Tribunal de Faltas de la Municipalidad de Co-rrientes, donde cumple la función de notificador. Sin embargo, este rosarino de nacimiento y “trotaprovincias” como se autodenomina, es un ex
boxeador que de joven fue subcampeón ar-gentino amateur, y como profesional supo fajarse con los mejores púgiles del mo-mento de la categoría medio mediano, a tal punto que el mismo Tito Lectoure lo contrató para que haga de sparring del gran Carlos Mon-zón.“Soy nacido en Rosario, tengo 62 años, y a los 15 comencé a boxear seriamente. Antes lo hacía de puro gusto nomás, porque me pe-leaba siempre en la calle, hasta que Lito Muñiz, un descubridor de campeones argentinos, me sacó de la calle y me llevó a un gimnasio. El me enseñó el arte del boxeo: pegar y no dejarse pegar” cuenta Almirón en su visita a El Litoral.“Muñiz, que era organizador de peleas, me llevó por todo el país. Así llegué a participar de una preselección para ir a Munich, Alemania. Gané varias peleas y pude llegar a la final, pero sólo iba el campeón, y ese fue Omar Guillotti. Yo me tuve que conformar con el subcampeonato argentino amateur, que no es poca cosa”.Reafirmando el dicho que dice “Corrientes tiene payé”, Almirón contó que a la ciudad “llegué un día para pelear con Oscar Campagna, un invicto pugil local al que lo tiré de entrada. Fue en el segundo round. El estaba invicto y se me vino con todo, casi lo saqué, pero llegamos al final, y en las tarjetas fue empate. Después lo traje a Iván Rojas, un amigo mío, que le sacó el invicto. En ese interín conocí a la que sería mi esposa, que trabajaba al lado del Club Cór-doba”.Almirón cuenta que su estilo era estilista. “Yo hacía guantes con Bárzola, un ex campeón rosarino, a quien admiraba por su estilo muy similar, salvando las distancias, a Cassius Clay. Yo quería ser como él” comenta.“Con todo en contra me di maña para ganarle a boxeadores de renombre. Y así se me dio la posibilidad de pelear con Yanni García, que era una figura preponderante. Le gané y quedé ubicado de tal manera en el ranking, que el rival que me tocaba por mi ubicación era nada menos que Rufino Cabrera, que le había ganado por televisión a un norteamericano en una pelea preliminar de Carlos Monzón” rememora.“Cabrera era su sparring. Venía de ganar 20 peleas por nocaut, era una bestia. Creo que ante él, fue una de mis mejores peleas. Fue una exhibición de pegar y no de-jarse pegar por un Cabrera que estaba enceguecido. El no lo podía creer, yo le pegaba y el no acertaba una. Con visteos, con salidas a los laterales, pegando en retroceso, caminando el ring, pegando y saliendo, fuí sumando en las tarjetas y finalmente le gané por puntos. Amilcar Brusa quedo admirado y de inmediato Tito Lectoure me contrató como sparring de Carlos Monzón”.Fue en el año 1974, cuando por primera vez sintió las manos del campeón mundial. “Carlos pegaba como una mula. Al minuto de su-bir al ring me descuidé y me pegó una trompada en la cabeza que sonó como una campana dentro mío. Luego, con cintura pude capear el temporal. Terminado el combate me dijo: no tenés que dejarme trabajar a mí, vos tenés que trabajar y ha-cer que yo trabaje en defensa. Y luego de eso fuimos grandes amigos. Un gran tipo”.Tras ser sparring de Mon-zón por cerca de un año, cuenta que “Luego hice algunas peleas importantes con Juan Carlos Bogado, y con el campeón argentino y sudamericano, Esteban Osuna, memorables los dos. Des-pués me llamó Ricardo Arce para que sea su sparring. El iba a pelear por el título con Pardo y yo peleé tres veces contra él, así que lo conocía bien”.Almirón señala que “A la par seguía peleando con fi-guras internacionales, como el caso de “Martillo” Roldán, que me dejó casi tuerto para toda la vida (tuvo desprendimiento de retina). Me metió un dedo en el ojo izquierdo en el cuarto round, así peleé y llegué al noveno, hasta que el médico paró la pelea. Yo le estaba ganando, pero terminó por decisión médica. Al mes siguiente el peleó con Tommy Hearns por el título del mundo”.“Con Miguel Castellini peleé en Santa Rosa, La Pam-pa, su casa, y me ganó en de-cisión dividida con el público a mi favor. Así pude llegar a quedar 3ro. en el ranking, y a pelear por el título argentino sin representante, sin manager. Y las dos veces lo perdí, pero al menos lo intenté, así que no me puedo quejar” señaló este hombre que no duda en señalar que “El boxeo me dio mucho y yo le di todo al boxeo, pero lo más valioso es que me dio mu-chos amigos”.
“Después de 86 peleas en el campo del amateurismo me pasé al campo rentado. Antes había que pelearla, no como ahora que con 18 peleas ya son profesionales y con 6 pelean por un título del mundo, y así también les va” señala Alberto Almirón.“Como profesional gané mis primeras 6 peleas, pero tuve que pasar a la categoría mediano junior, y por último, como subí de peso, tuve que pelear en Medio Mediano. Y daba ventajas, porque los rivales tenían los brazos más largos, lo que me llevó a trabajar más de la cuenta, porque tienen las manos pesadas, eran muy altos para mi, que tenía una estatura más bien baja, por lo que no me convenía, pero me tenía que aguantar”, recuerda.“En total hice como 200 peleas como profesional, así que uno llegaba muy golpeado para disputar una pelea por los diez primeros lugares. Y para pelear por el título argentino había que voltear a los diez mejores boxeadores ranqueados. Yo era un trotaprovincias, me quedaba un tiempo en una, entrenaba y me conseguía una pelea. Mi error fue no tener un representante serio que me cuidara y que me consiguiera peleas con buena bolsa. Tuve uno que me robó y ya no quise saber más nada. Me hice solo, y sin representante sos un probador nada más de figuras en ascenso” manifiesta.

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