domingo, 3 de junio de 2012
Sincericidio: se escapó la tortuga
Listo, no se discute más. Hay incentivación en el fútbol, que no se dude. Cada día que pasa se conocen abiertamente más testimonios de los protagonistas. Así sale a la superficie una cuestión que siempre fue difícil de dilucidar, incluso en los estrados judiciales.
Para que esto suceda, como en el tema coimas, se requieren dos partes: el que ofrece y quien recibe, ambos deshonestos.
¿Por qué quien recibe también, si irá para adelante? Sencillo, al recibir la dávida, promete entregarse más y rendir mejor, si puede. Es decir, jugar con un plus. Es cuando exhibe falsedad para con su patrón con su club, porque quiere decir que no da lo mejor para quien lo contrata.
Se discute hoy cuál es más grave, si la coima o la incentivación. Lo primero, llamado técnicamente cohecho, está penado; lo segundo todavía no, pero algo se deberá hacer.
En las últimas horas, Boca Unidos quedó sumergido en esta marea de sospechas y confesiones.
“Sería un mentiroso si digo que mis jugadores no van a estar incentivados para el partido contra River”, dijo el DT Darío Ortíz y aclaró, que “nunca en mi carrera negocié un partido”.
Por su parte, el presidente de la entidad ribereña, Alfredo Schweizer justificó al expresar: “Incentivo siempre hay porque estamos en época de renovación de contratos y premios, pero no pasa de eso”.
Quilmes (Aníbal Fernández) quiere que River y Central jueguen en Paraná ante Patronato, donde lo hicieron los “cerveceros”. El senador consiguió que en Santa Fe digan no por “razones de seguridad”, aunque ahora apareció el Gobernador chaqueño y ofrece estadio de Sarmiento y aviones para que los dos cotejos se disputen en Resistencia. Una especie de soborno, si se quiere.
La realidad es que algo insano hay. “Se fue demasiado lejos. Las apuestas (otra manera de incidir y no sólo en el fútbol) dejan más ganancias que la droga. El fútbol no estaba preparado para afrontar esto”, dijo el fiscal de Bari, Italia, Antonio Laudati, luego de un reciente escándalo en la liga superior con jugadores procesados.
¿Qué más para discutir? ¿Vale la pena seguir sufriendo por el resultado de un partido o de un torneo, cuando hay protagonistas (jugadores, directivos y árbitros) deshonestos?
Son cuestiones viejas que por los alocados tiempos que vivimos, se agudizan.
Por suerte, la Presidenta de nuestro atribulado país señaló que “es hora de cumplir la ley”.
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