lunes, 11 de junio de 2012

Dos hombres, dos ejemplos de deportistas



En el deporte como en la vida, están los que tienen el fuego sagrado, el don que les regala la naturaleza y aquellos que sólo pueden aspirar a ser espectadores, y que tienen que rendirse ante el poder que da natura.
Julio César Sánchez con 46 años a cuestas, mecánico, piloto de excepción, es uno de ellos. Fue figura sobresaliente sobre las motos dónde con tan sólo 12 años daba cátedra de manejo sobre las dos ruedas. Luego subió a un auto de carrera y fue campeón -muy joven- del Zonal.
Fueron memorables sus duelos con Humberto Krujoski (padre) que corría con una Chevy. El “lobo blanco” el Falcon de Sánchez y el “chivo volador” de Krujoski. Quedarán por siempre en la memoria de quiénes lo vivimos en cuanto circuito se presentaran. Uno ya no corre (Krujoski), el otro (Sánchez) aún tiene cuerda para rato, aunque corre como invitado esporádicamente en el Zonal.
El año pasado ganó en la localidad de Machagai (Chaco). Participó como invitado de Fabián Edgardo Perduk, con un auto de la Clase 2 del Zonal.
El último fin de semana en la Final de Invitados de la Clase 2 - 3ra fecha del Zonal- corrió con Fiat 128 de Sebastián Mirón y volvió a cruzar delante de todos ante la bajada de la bandera a cuadros, su conocida de siempre. Sánchez es el encargado de la preparación de éste automóvil, salvo el motor que se encarga Oscar Páramo.
Julio Cesar Sanchez


Hector"Coquito"Ruiz Diaz
Otro deportista ejemplar en este pequeño espacio de opinión es Héctor “coquito” Ruíz Díaz. Próximo a cumplir 41 años de edad, es el lateral y titular indiscutido de la Alianza uno de los escoltas de Curupay.
Entrena como un pibe, es el primero en llegar y el último en retirarse de las prácticas. Siempre con una broma a flor de labios, con una chanza a sus compañeros, y no necesita dar consejos, su sola forma de trabajar ya es un ejemplo de vida como deportista.
No es el clásico marcador lateral a la vieja usanza, que tiene marca y nada más y no se proyecta. “Coquito” día a día se adapta a lo nuevo. No se quedó en el tiempo. Por eso su vigencia. Dos hombres, dos nombres. Julio Sánchez en el automovilismo y “coquito” Ruíz Díaz en el fútbol. Dos ejemplos de cómo debe ser un deportista íntegro. Dos personalidades diametralmente opuestas, uno es silencioso de pocas palabras (Sánchez), el otro es lo contrario, chispeante, bromista a más no poder. Pero ambos tienen algo en común; son un ejemplo a seguir, el espejo en quien mirarse, para los más chicos.

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